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Para el
ingreso al penal se debe pasar por varias etapas que los policías realizan para
el control respectivo, eso sin olvidar la recomendación de no intentar meter
ningún objeto electrónico ni ningún tipo de tarjetas.
Ya en la tercera etapa otro policía realiza la
revisión física que consiste en el control del cuerpo del visitante, tocando
desde los pechos hasta los tobillos, luego de esta revisión el policía con un
sello pequeño procede a sellar en el brazo de cada visitante que se le haya
hecho la revisión física. Ya en la cuarta etapa de ingreso, otro policía
procede al control de los carnets (Cédulas de Identidad), en el cual el policía
hace verificación de la foto del carnet con el del visitante, luego de esta
revisión procede a hacer el segundo sello en el brazo y además de anotar con un
marcador los dos primeros dígitos del número de carnet y la inicial del primer
nombre del visitante. En una quinta etapa un policía sentado detrás de una mesa
cuadra pequeña procede a anotar en un cuaderno de tamaño oficio el nombre
completo, número de carnet, dirección, nombre del visitado y parentesco con el
mismo, dándole posteriormente una credencial de visitante color celeste. Ya en
la sexta y última etapa, otro policía se encarga de recibir los carnets de cada
visitante para después recién ordenar el ingreso al centro penitenciario. Es
así que después de pasar por estas seis etapas es posible ingresar al recinto
penitenciario.
Ya estando adentro se puede encontrar en la puerta a
reclusos que ofrecen el servicio de llamada de personas a la que se pretende visitar
por el precio de 2 bolivianos, el tiempo de espera por el servicio de llamada
no llega a ser más de 5 minutos por la rapidez en la que trabajan estos
reclusos, que además llevan al visitante personalmente hasta la persona que se
busca.
Mientras se camina por el recinto se ven los diferentes
comercios que existen dentro, ya sean formales o informales, en los pasillos
angostos que conectan las diferentes secciones se pueden encontrar tiendas,
restaurantes improvisados y comerciantes ambulantes que venden desde gelatinas
hasta panes dulces, niños y niñas jugando en cada rincón del patio, jóvenes
dedicados a la venta de droga realizando este negocio en frente de los guardias
de seguridad ubicados en diferentes lugares. Un detalle que llamo la atención
es la existencia de consultorios médicos estos que no son administrados por el
recinto carcelario al contrario estos son administrados por profesionales
médicos que por circunstancias de la vida llegan a ser recluidos en el penal de
San Pedro.
A las 12:30 de la tarde se cierran las puertas de ingreso
cancelando las visitas temporalmente ya que es la hora del almuerzo para los
policías quienes vuelven a las 2 de la tarde para recibir otra vez a los
visitantes. Los visitantes que ingresaron por la mañana y no salieron hasta las
12:30 quedan encerrados obligados a esperar a que los policías vuelvan de su
almuerzo para poder salir tranquilamente.
A las 16:00 de la tarde es el tiempo máximo de
permanencia de los visitantes, todos deben salir, solo se les permite a las
mujeres la decisión de quedarse a dormir en el centro penitenciario, el costo
por noche para las mujeres de 5 bolivianos.
Para la salida el visitante debe acercarse a la puerta de
ingreso donde se encontrara a muchos reclusos que facilitan la salida al
indicar al policía encargado de salidas el nombre completo del interesado, esta
pequeña ayuda debe ser remunerada con 1 boliviano hacia el recluso. El oficial
de policía encargado procede a llamar a cada visitante por su nombre completo,
al escuchar el nombre uno debe salir rápidamente mostrando los dos sellos y la
marca que le pusieron en el brazo al ingreso para que el oficial le devuelva el
carnet y así poder salir del recinto con toda tranquilidad.
Con todo este movimiento se da por finalizada la visita
al penal de San Pedro una de las más conocidas en la ciudad de La Paz.
AUTOR: Rudy Guarachi Cota