Perros callejeros invaden la ciudad de El Alto.


En instalaciones de la Alcaldía, Fernando Rivas, responsable de Zoonosis de la urbe alteña, informó el 16 de agosto del 2014: “existen 300.000 perros de los que 56.600 es callejero y 7.160 es vagabundo”, según estos datos la ciudad de El Alto posee la taza de población más alta de canes. 


El departamento de Zoonosis, además, determinó que el 23% de la población canina son callejeros: “cabe mencionar que se denomina callejero a los animales que teniendo dueños salen a la calle y solo vuelven a dormir” y el 5% es vagabundo o “no tiene dueño”.

Respecto a la tenencia de animales domésticos en El Alto, no se sanciona a los propietarios de los canes que dejen en la calle a sus mascotas; pero si cuando el animal ataca a una persona, la multa está establecida entre Bs. 200 y Bs 2.000, según la Alcaldía Municipal.


Uno de los factores respecto a la sobrepoblación de canes en la ciudad de El Alto es debido a la comercialización de perros en la Feria 16 de Julio, específicamente la calle Fornier donde se puede encontrar distintos tipos de razas: American Pit Bull Terrier, Rottweiler, Pastor Alemán, Dogo (Argentino), buldog, san Bernardo, Chihuahua, Dálmata Husky siberiano Doberman Collie, entre otros.

 
Estos perros son comercializados a todas las personas que estén dispuestos a pagar y adquirirlos por los precios que oscilan entre Bs. 350 y Bs. 900, dependiendo de la pureza de la raza y del bolsillo del comprador.

Este medio de comunicación, se aproximó a un joven comerciante de cachorros de raza común, en la cual se pudo evidenciar que ofertaba a los canes en una bolsa de yute a distintos precios: las hembritas de 1 a 5 bs. , el joven dijo: “las hembritas tienen ese precio porque nadie las quiere comprar, no las quieren ni de regalo, en cambio los machos tienen el precio de 30 a 60 bs”.


Por lo expuesto muchos ciudadanos de la urbe, señalaron que es necesaria una norma que prohíba la comercialización de perros, para controlar la sobrepoblación canina. También la implementación de una perrera municipal.

Por: Miriam Saca y Carlos Ticonipa
Previous
Next Post »

Seguidores